lunes, 26 de octubre de 2015
Guía de cuidados y de la alimentación de las tortugas de agua
Hoy en día hay en el mercado una gran variedad pero las especies más frecuentes pertenecen a los géneros Trachemys, Pseudemys y Graptemys.
Si no las podremos tener en un estanque con el agua climatizada, en un acuario, éste debe tener profundidad de agua suficiente para que las tortugas puedan nadar.
Debe tener una rampa que permita a los animales salir del agua para tomar el sol directo (no a través del cristal) o en su defecto los rayos UVA y y UVB de la lámpara. En un acuario requieren muchas más atenciones que en un estanque dado que el volumen de agua es menor y a la frecuencia de las deposiciones que se descomponen en el agua a veces provocando sobre todo en la época estival intoxicaciones fatales. Debemos de tener en cuenta que son animales que crecen muy rápido, hay que ser previsores.
Los cambios de agua, aunque sean parciales y sobre todo en épocas de calor serán diarios.
Es imprescindible una temperatura adecuada ( al ser animales ectotermos) para que las tortugas estén siempre activas, se alimenten bien y no enfermen, la alimentación inadecuada es la primera causa de visitas al veterinario . La temperatura del agua deberá estar unos 24-28ºC, siempre.
Si van a pasar toda la vida al interior, deberemos comprar
una luz especial UVA/UVB para que puedan absorber la vitamina D3, imprescindible para el metabolismo del calcio debe estar encendida al menos unas 8 horas diarias, y ser sustituida por otra cada 6 meses, pues alrededor de esta fecha los rayos UVA/UVB dejan de funcionar, aunque aparentemente la luz siga “igual”.
Se recomienda no tener una única tortuga, ya que les gusta estar en compañía. Se pueden tener en estos acuarios de 2 a 3 tortugas, pues al crecer todo espacio es poco. Lo ideal siempre sería un estanque.
Es fácil en este caso proporcionar una alimentación equilibrada y además muy barato con pienso seco de gato combinado con pescado y algo de carne de vez en cuando (la comida debe durar en el agua antes de ser ingerida un máximo de unos cinco minutos, la sobrante la retiraremos o se descompondrá), hay que tener en cuenta que en general los galápagos mencionados de jóvenes son carnívoros y de mayores se vuelven más herbívoras/omnívoras, lo cual es bastante curioso.
Las tan comunes gambitas se componen casi exclusivamente de quitina (básicamente “cascaras” y aunque son ricas en proteínas están muy desequilibradas, una tortuga que solo come gambitas está condenada a padecer graves desórdenes en su salud.
la alimentación es de las cuestiones más importantes.
Enfermedades más habituales y como siempre en reptiles ocasionadas por mal manejo:
Hipovitaminosis D: la tortuga (cuando ya tiene más de 4 ó 5 meses) tiene el caparazón demasiado blando. Ocurre por dieta inadecuada y/o falta de radiación ultravioleta.
Hipovitaminosis A: los síntomas más comunes son ojos inflamados, a veces no pueden ni siquiera abrirlos. La causa es la dieta inadecuada.
Lesiones en las patas, cola o caparazón, por mordeduras de las compañeras o de otros animales, son muy frecuentes las caídas desde grandes alturas (balcones o terrazas) con fracturas de caparazón, esto es una urgencia médica y debes acudir a la clínica para buscar ayuda.
Hongos: manchas blanquecinas algodonosas.
Para evitar los hongos u otras enfermedades, cuando se adquiera un nuevo ejemplar se deberá poner en cuarentena 3 ó 4 semanas en un recipiente separado del resto de tortugas.
En resumen:
Un animal sano debe poder nadar de forma recta y equilibrada (si nada de lado puede ser síntoma de pulmonía) y sumergirse en el agua sin problemas (no debe flotar). Debe estar activa y despierta y comer bien. Debe respirar sin problemas (con la boca cerrada, la boca abierta suele ser síntoma de neumonía, es muy grave ) y también es muy importante que en su piel no se muestren manchas blancas ni heridas.
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